De retórica erótica, Asunto Impreso Ediciones, 2002
(poemas manuscritos con letra caligráfica por la autora, cada uno en relación con una foto de una mujer desnuda, elegidas entre fotos artísticas y de postales eróticas, de 1858 a 1940.)
El declive de su pecho es una figura
que su ánimo convoca para el sesgado
equilibrio de la cabeza: así el collar
circunda y cae sin dañar su fragil
idad: la fuerza.
De mirarla mirar: atrevimiento,
le dice, atrevida, y ella sabe que el crimen
se paga.
En lo breve de un anillo que desliza
de su dedo en el de él: el dedo en el anillo
como él en ella, simultáneos...en lo
breve del doble anillo, doble misterio
desenmascarado, su condena se cumple.
Tanto cuerpo y tan poco, dice ella, y lo mira
espiándole el nacimiento del lenguaje.
El no tiene, allí, más que una leve
septicemia de infelicidad.
Curaría ella su gravedad, haría de la
gracia el acto que entrara uno en otro,
como el anillo en el dedo elegido.
Atrevida en su falta de miedo, disfraza
la falta, se disfraza, a cambio de nada,
del fuego de la infancia, de nada, del
ardor y la risa sobre la piel desnuda.
En tanto, el cuerpo y la palabra son uno
para ella: dice dolor, y no puede
soportarlo y amor dice y se le hace
agua la boca.
Atrevida, dice él, adorando lo oblicuo
a la altura de sus ojos, la cintura
con que ella le fundara un lugar.
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Se acomoda
como si fuera
ella la que va
a contemplarse.
En esa creación
de sí misma
es más ella para él que cuando duerme.
La mano con que protege su zona débil a
la ternura vuelve de haber sido el hueco
para la mejilla oculta.
Piensa en sentir como piensa en actuar:
dando a su pensamiento el poder.
Al verla espera que él tenga un vahído,
que verla haga de su contención, de su
entereza, desequilibrio y desazón.
Está a la espera de ese pronunciamiento:
cada parte de su cuerpo concentrada en
la corva, el cauce para escurrir un
resto de figura y hacerse penetrar.
Cuando eso suceda, él recuperará su
centro, habrá tomado la entrega como
quien recibe, y habrá dado todo, tanto al
mirar como al entrar.
En el círculo de las sábanas el juego es
profundo y sin final visible.