No se trata de un libro convencional. De hecho, y como su título lo indica, estamos frente a un Expediente Extraordinario: un conjunto de notas firmadas por el Profesor Alfredo Benavídez Bedoya, rector de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación, y dirigidas al Ministerio de Asuntos Extraordinarios de la Dirección Nacional de Enseñanza Artística. Cada una de las notas está complementada con las reconstrucciones gráficas del perito dibujante Daniel Santoro.
Este inusual testimonio da cuenta de una serie de extraños sucesos acaecidos durante el año 2000 en la Escuela Superior de Bellas Artes. Actos sexuales inanimados, erección peneana segura y posible lanzamiento espermático en espacio áulico, y perfección mamaria son algunas de las notas recepcionadas y foliadas.
El jefe de Mesa de Entradas, Ingeniero Kalil Llamazares, abre el expediente explicando que éste se conforma “quedando su resolución a la espera de la reincorporación del Sr. Director de Enseñanza Artística, el cual se encuentra destacado representando a nuestra República en un Congreso Internacional para defender la aplicación de la letra Ñ en los teclados informáticos, y evitar de esta forma que el año 2003 se transforme en el año 2003 y que la enseñanza artística sea mera enseñanza”.
La resolución del expediente, manteniendo el mismo tono desopilante en el que se desarrollan las notas, cuenta qué sucede finalmente con este Rector tan comprometido con la institución y con el cumplimiento de sus obligaciones. La ironía con que emplea el lenguaje formal de las cartas institucionales y el detalle de los gráficos proponen una invitación a reflexionar sobre ciertos acartonamientos propios de estos documentos, mientras sonreímos, quizás, con un dejo de resignación ante los intrincados caminos de la burocracia.